Bach es siempre un estímulo. Y especialmente para los que se acercan y escuchan su música por vez primera. Su pureza formal unida a su emotividad latente es, desde la época de Mendelssohn hasta nuestros días, de gran atractivo y fascinación para los jóvenes con el oído despierto.
Una de las grandes “revelaciones” que tuve en el descubrimiento de la obra de Bach, fué sin duda con su gran Pasión. La sensación que me produjo permanece aún hoy, acrecentada, en vías de asentamiento como un eje que se afianza, y fue un sentimiento (entre otras matizaciones relacionadas con la admiración de la belleza) que me embargó de lleno al presentir la enorme trascendencia de esta obra. La encarnación artística de la mejor y más noble dimensión del hombre.
La versión elegida para esta ocasión, es también de grato significado y reconocimiento, puesto que era la que año tras año se nos presentaba durante la Semana Santa en el programa "Clásicos populares".
Una de las grandes “revelaciones” que tuve en el descubrimiento de la obra de Bach, fué sin duda con su gran Pasión. La sensación que me produjo permanece aún hoy, acrecentada, en vías de asentamiento como un eje que se afianza, y fue un sentimiento (entre otras matizaciones relacionadas con la admiración de la belleza) que me embargó de lleno al presentir la enorme trascendencia de esta obra. La encarnación artística de la mejor y más noble dimensión del hombre.
La versión elegida para esta ocasión, es también de grato significado y reconocimiento, puesto que era la que año tras año se nos presentaba durante la Semana Santa en el programa "Clásicos populares".
Cristo crucificado (Detalle) |
Diego Velázquez, 1639 |
Óleo sobre lienzo - Barroco |
249 cm × 170 cm |
Museo del Prado, Madrid, España |
En su lúcido análisis de la obra nos dice Alfonso López Quintás: “…Juan Sebastián Bach es una figura de encrucijada. Está bien asentado en el orden clásico y se abre decididamente a la expresividad moderna; irradia serenidad y sorprende por su imponente energía; procede con el rigor de un matemático y ahonda en la realidad humana con la penetración de un espíritu místico; ama ardientemente la vida y considera la excelencia del Ser Infinito como canon de autenticidad.
No sin razón volvemos siempre a Bach, y en la edad madura encontramos en su obra un lugar de reposo espiritual, un hogar. Hogar-“focus”- era para los latinos el lugar donde arde el fuego. En la escuela del Cantor de Leipzig aprendemos a unir el amor sincero a la obra de arte bien lograda y el ardoroso cultivo de la más alta belleza.”
Ramón Andrés nos comenta sobre la raíz filosófica: "Acaso en la Pasión según san Mateo se cristalice aquel Bach del que hablaba enfáticamente Ígor Stravinsky, esto es, el músico barroco que diluyó en el sonido las formas del dolor y el conocimiento humanos. Cuando el 11 de marzo de 1829 Felix Mendelssohn dirigió el que se tenía por entonces como primer centenario de la primera interpretación de la obra –una primera versión fue escuchada ya el 11 de abril, Viernes santo de 1727, en la iglesia de Santo Tomás-, empezó a abrirse paso una música que nombraba el mundo y los sentimientos en toda su desnudez, un universo que, al igual que la realidad física, sucedía simultáneamente, un acorde capaz de poner en concierto la materia y el alma, como se expresa en las páginas del Timeo platónico. Esto es lo que ha maravillado a un compositor contemporáneo como John Cage: que en Bach todo se produzca “a un mismo tiempo”, el nacimiento y la muerte, la fusión del microcosmos y el macrocosmos, el sonido y el silencio. Sin duda, cada vez tiene más sentido la opinión de quienes han referido que el Kantor de Leipzig fue más determinante para la música del siglo XIX que para el devenir de este arte en el XVIII.”
Como no podía ser de otro modo y previo a las fechas de la celebración de la Pascua de Resurrección, traemos esta obra, que más allá del sentido religioso, es un legado artístico fundamental patrimonio de la Humanidad.
- La pasión según san Mateo - BACH BWV244
- Dirección: Karl Richter
- Orquesta y coros: Münchener Bach-Chor y Münchener Chorknaben (Chorus Master: Fritz Rothschuh) / Münchener Bach-Orchester
- Tenor [Evangelista]: Peter Schreier; Bajo [Jesus]: Ernst Gerold Schramm; Bajo [Judas, Pedro, Caiaphas, Pilatos]: Siegmund Nimsgern; Soprano [Arias]: Helen Donath; Contralto [Arias]: Julia Hamari; Tenor [Arias]: Horst Laubenthal; Bajo [Arias]: Walter Berry
- Fecha: mayo 1971
- Tenor [Evangelista]: Peter Schreier; Bajo [Jesus]: Ernst Gerold Schramm; Bajo [Judas, Pedro, Caiaphas, Pilatos]: Siegmund Nimsgern; Soprano [Arias]: Helen Donath; Contralto [Arias]: Julia Hamari; Tenor [Arias]: Horst Laubenthal; Bajo [Arias]: Walter Berry
- Fecha: mayo 1971
Enlaces:
- Análisis:
- (Musical y Audición): CORAL INICIAL
- Comentario religioso: "Una experiencia estética y religiosa decisiva"
(Alfonso López Quintás)
- (Musical y Audición): CORAL INICIAL
- Comentario religioso: "Una experiencia estética y religiosa decisiva"
(Alfonso López Quintás)
- Raíz filosófica: pasionsanmateo (Ramón Andrés)
- Autor/obra: Bach / Matthäuspassion / Bach-cantatas
A Pintura: Cristo Crucificado Diego Velázquez (1639) / DESCENDIMIENTO Roger van der Weyden (Tournai, 1400 – Bruselas, 1464)